Riesgos y desventajas del arriendo en anticresis: Lo que ambas partes deben considerar
El arriendo en anticresis es una alternativa atractiva tanto para propietarios como para inquilinos, ya que permite el acceso a una vivienda sin necesidad de pagar alquiler mensual y, en el caso del dueño, recibir un monto significativo de dinero por adelantado. Sin embargo, como cualquier contrato inmobiliario, este modelo también conlleva riesgos y desventajas que ambas partes deben analizar antes de firmar un acuerdo.

Riesgos para el propietario
- Dificultad para recuperar la propiedad: Si el inquilino se rehúsa a desalojar al finalizar el contrato, el propietario podría enfrentar procesos legales prolongados y costosos para recuperar su inmueble. Un buen contrato elimina este riesgo.
- Deterioro de la vivienda: Dependiendo del uso y mantenimiento que el inquilino le dé a la propiedad, esta podría sufrir daños que disminuyan su valor y requieran reparaciones costosas. Colocar cláusulas específicas disminuye el problema, aunque normalmente el arrendatario desea recibir el valor completo y tratará de dejar de la mejor manera el bien al momento de entregarlo nuevamente.
- Problemas con la devolución del dinero: En muchos acuerdos de anticresis, el propietario debe devolver el dinero recibido al final del contrato. Si no cuenta con los fondos disponibles en ese momento, podría enfrentar inconvenientes financieros o incluso demandas. Una planificación adecuada del uso de recursos es imperativo, sin esta planificación y buen uso, puede ser un problema complejo de manejar, aunque siempre quedará la opción de venta de la propiedad para salvar cualquier inconveniente financiero.
- Posibles conflictos legales: Un contrato mal redactado o sin las cláusulas adecuadas puede generar disputas que terminen en procesos judiciales, especialmente si hay desacuerdos sobre la duración del contrato o las condiciones de entrega del inmueble.
Riesgos para el inquilino
- Pérdida del dinero invertido: Si el propietario tiene problemas financieros, su propiedad podría ser embargada o vendida, dejando al inquilino en una situación de incertidumbre y sin garantía de recuperar su inversión. Por ello la recomendación es no hacerlo por periodos muy largos, averiguar el estado del pago al banco por parte del dueño sobre su hipoteca, o simplemente no arrendar en este sistema sobre un bien hipotecado.
- Falta de regulación clara: En algunos países o regiones, la anticresis no está regulada con la misma precisión que un contrato de arriendo convencional, lo que puede generar vacíos legales y complicaciones en caso de disputas. En el Ecuador existe normativas al respecto aunque algunas no son precisas, por ello es mejor realizar los contratos y legalizarlos al momento de iniciar el proceso
- Limitaciones en el uso de la propiedad: Dependiendo del contrato, o un contrato mal realizado, el inquilino puede no tener la libertad de hacer modificaciones o mejoras en la vivienda sin el permiso del propietario, lo que podría afectar su experiencia de habitabilidad. Puede el arrendatario subarrendar si es establecen las cláusulas necesarias en el proceso contractual.
- Inseguridad sobre la renovación del contrato: A diferencia de un arriendo convencional, el inquilino en anticresis puede no tener la certeza de poder renovar su contrato una vez finalizado el plazo acordado.
Recomendaciones para ambas partes
Para minimizar estos riesgos, tanto propietarios como inquilinos deben:
- Redactar un contrato detallado y revisado por un abogado especializado en bienes raíces. O contratar servicios inmobiliarios que normalmente cuenten con este apoyo legal.
- Establecer con claridad las condiciones de devolución del dinero y del inmueble.
- Verificar la situación legal del inmueble antes de firmar el acuerdo. Es importante solicitar el certificado de gravámenes de la propiedad, en donde se puede verificar el estado actual del bien, propietario, deudas, prohiciones, etc.
- Acordar mecanismos de resolución de conflictos en caso de disputas.
Si bien el arriendo en anticresis puede ser una opción beneficiosa para ambas partes, es fundamental evaluar todos los aspectos antes de comprometerse. Con una planificación adecuada y un contrato bien estructurado, es posible reducir los riesgos y garantizar una transacción segura y beneficiosa para ambas partes.